Lleva desde mediados de la década pasada generando contenido editorial y
comercial con una alta carga erótica. Las imágenes de Lukas Dvorak,
fotógrafo de moda, han ilustrado las páginas de Harper's Bazaar, Vanity
Fair, Playboy y Marie Claire, entre otras publicaciones. Hemos hablado con
este autor nacido en Praga hace 30 años acerca de la supuesta
superficialidad de la industria de la moda, de por qué los retratos en
blanco y negro tienen tanta fuerza y de cómo un poco de pimienta roja le
da más sabor a las cosas.
Antes de trabajar como fotógrafo de moda estuviste interesado
en la pintura y la música. ¿Qué te convenció para decidirte por la
fotografía como medio de expresión artística?
Sucedió sin
que yo lo buscara. Un amigo mío me pidió que le hiciera la portada de
un CD. Pensé que quería algún tipo de diseño gráfico, pero en realidad
me pidió fotografías. Pese a que nunca antes había cogido una cámara,
acepté el trabajo después de que mi amigo me dijera que confiaba en mi
talento artístico.
Así pues, pedí prestada una pequeña cámara digital de 1,3 megapíxeles
y empezamos a disparar. Las imágenes terminaron publicándose en una
revista local y yo me di cuenta de que había algo realmente interesante
en la fotografía. Pedí a mis padres si podían darme dinero para una
cámara y me compré una Olympus de 3 megapíxeles con la que empecé a
capturar todo cuanto me rodeaba.
En tus trabajos predomina el blanco y negro. ¿Qué puedes contar con el blanco y negro que no puedas contar con el color?
La
fotografía en blanco y negro tiene una gran ventaja: nos da una mayor
profundidad a la hora de vislumbrar el carácter de la persona
fotografiada. Los colores confunden nuestro cerebro porque se presentan
como algo más complicado ante nuestros ojos. El blanco y negro nos
permite concentrarnos en el personaje, y es por eso que los retratos
tienen mayor intensidad.
Muchas de tus fotografías incluyen desnudo femenino. ¿Sigue
siendo esta disciplina una provocación para llamar la atención del
espectador?
Para mí el desnudo en las sesiones es algo de
lo más normal. No lo hago porque quiera llamar la atención de nadie ni
porque sea un tío raro que colecciona mujeres desnudas. A decir verdad
empecé a hacer desnudos porque mi novia me pidió que le hiciera fotos, y
vi que era una disciplina interesante, sobre todo por la personalidad
de la mujer.
Las mujeres que deciden posar desnudas son distintas a
las que no. Se ve en las imágenes. La mayoría han vivido buenas
historias en su vida, y eso siempre es interesante de capturar. En la
imagen están ellas, su vida, su carácter y sus sentimientos. Nada más.
Eso es pureza humana. Es simple y bello. Mucha gente que quiere
fotografiar chicas desnudas lo hace siguiendo el camino del sexo, y eso
no es artístico. Hay que ver más allá y profundizar en la mente de la
mujer.
Fumar no está tan de moda como hace unos años, pero muchas de
tus modelos aparecen con un cigarrillo entre los dedos. ¿Es un
fetichismo tuyo o un simple detalle para darle un toque sensual a la
foto?
Una vez le di un cigarrillo a una de las modelos y
pensé que la imagen en general ganaba. No sabría decir por qué. Desde
entonces uso ese recurso. Es como añadirle un poco de pimienta roja a
las patatas: saben mejor [ríe]
Has trabajado para publicaciones de primer nivel mundial.
¿Cómo se consiguen estos encargos y cómo es tu flujo de trabajo con
clientes de este calibre?
Solía viajar muchísimo. Vivía
en Milán y tenía un montón de agentes. Con el tiempo, si tienes
paciencia, alcanzas tu meta. En cuanto a la forma de proceder, todo se
basa en el tiempo. La mayor parte del mismo me la paso trabajando con
una idea muy básica que voy cambiando durante la sesión. Normalmente
tengo suerte, ya que nada sale como había planeado pero el resultado es
bueno. Por eso siempre voy alterando las ideas.
¿Lo planificas todo antes de una sesión y diriges a la modelo
hasta el más mínimo detalle o dejas que la improvisación también juegue
su papel?
Lo dirijo absolutamente todo y no dejo que las
modelos hagan de las suyas. Les digo a todos lo que tienen que hacer y
que tienen que hacerlo a mi manera. A veces puede ser un proceso
destructivo, pero funciona con mi forma de trabajar.
¿Existe algún aspecto que cuides por encima de cualquier otro como la luz, el escenario o el estilismo?
La
luz es un aspecto primordial: sin buena luz no hay buenas fotos. Pero
en la fotografía de moda todo tiene que estar perfecto, no puedes
infravalorar nada. La precisión en todos los aspectos es lo que te
llevará a la imagen perfecta.
¿Qué debe tener una imagen para que estés satisfecho y des el trabajo por terminado? ¿Te has encontrado ya con la foto perfecta?
Yo
lo llamo orgasmo fotográfico. ¿Lo has sentido alguna vez? Es ese
momento en el que tu cerebro reconoce esa imagen perfecta y sabes que
puedes dejar tu cámara a un lado porque has dado con ella.
¿De dónde sacas la inspiración para crear tus imágenes?
De todo aquello que me rodea: tranvías, metros, cine, sueños... De todo y de todas partes.
¿Alguna técnica secreta que quieras compartir con nosotros?
Puedo
hacer una especie de truco de kung-fu en las sesiones, pero es algo que
lleva años de práctica [ríe]. Puedo llevar las cosas hasta el punto que
las modelos siguen todos mis movimientos sin mediar palabra. Incluso si
me rasco, ellas también lo hacen [vuelve a reír].
De todas
maneras, es importante decirles a las modelos lo maravillosas que son, y
tú tienes que ser fuerte. Tienes que demostrarles que eres un auténtico
profesional y no despertar ninguna duda al respecto.
¿Qué papel juega el retoque digital en tu flujo de trabajo?
Ni
te imaginas cuánto odio el retoque. De las fotografías en blanco y
negro me encargo yo. Se requieren años para enseñar a tu cerebro a dar
con el camino correcto. Y éste no se encuentra en el proceso, sino en el
sentimiento de hacerlo a todas horas y del mismo modo. De las
fotografías en color se encarga un estudio de retoque.
Hay quien afirma que en la fotografía de moda todo es superficial, que sólo es imagen y no hay mensaje ni contenido alguno.
Efectivamente,
desde fuera puede parecer eso. La fotografía de moda es tan comercial
como la fotografía de publicidad, aunque más complicada. Es una de las
disciplinas fotográficas más duras. Hay un camino muy largo hasta las
buenas revistas, muy poco dinero y muchísimo trabajo. Hay mensaje y
contenido en este tipo de fotografía, pero sólo la gente de la industria
de la moda lo entiende.
¿Qué equipo utilizas? ¿Eres de los que van siempre con una cámara encima?
No
suelo llevar una cámara conmigo a todas horas porque trabajo muchísimo y
a veces me apetece descansar. También hago mucha fotografía de
deportes, y suelo trabajar con una Pentax 645D y una Nikon D800. Tengo
estudio propio con todo el equipo necesario, y mi herramienta principal
es mi agente: intento propagarme por todas partes.
En los
últimos años se ha puesto de moda la modalidad de fotografía TFCD ("Time
for CD"), según la cual fotógrafo y modelo trabajan juntos sin dinero
de por medio, logrando los dos imágenes con las que ampliar sus
respectivos porfolios. ¿Qué opinas sobre ello? ¿Deberían fotógrafo y
modelo cobrar siempre por sus trabajos?
Yo también lo he
hecho y creo que es una buena manera de que las dos partes consigan lo
que quieren. Pero sólo cuando es necesario. De lo contrario, siempre
cobro. Incluso cuando hago fotos gratis para mis amigos les cobro las
horas de estudio, porque en el fondo estás invirtiendo tu tiempo y tu
trabajo y tienes el derecho a recibir algo a cambio.
@
http://fashion-photographers-blog.blogspot.com.ar/2012/10/lukas-dvorak.html
https://kingofcomedy.wordpress.com/2013/01/11/lukas-dvorak/
http://lukasdvorak.tumblr.com/
http://trianatrinidad.blogspot.com.ar/search/label/FOTOGRAF%C3%8DA
http://veronica-s-journal.blogspot.com.ar/search/label/Fotografía
http://www.enkil.org/2013/09/24/lukas-dvorak-belleza-en-bn/
http://www.lukasdvorak.com/
http://www.nowearland.com/photographer/lukas-dvorak/
http://www.pelayocampa.com/2013/10/16/inspiracion-lukas-dvorak/
http://www.quesabesde.com/noticias/lukas-dvorak-entrevista_9305
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