El planeta de los simios: confrontación continúa en la línea de (R)evolución. Sube la apuesta en presupuesto y en secuencias multitudinarias, pero el acento sigue puesto en el desarrollo de los protagonistas y sus cambios. Los personajes -humanos y simios- miran el estado del mundo, se miran entre sí, observan, piensan, deciden y actúan. Paisaje posapocalíptico para los humanos: la gripe de los simios ha arrasado con casi toda la población. Paisaje fundacional para la sociedad de los simios: ¿cómo será su futuro? Ése es el planteo principal, pensado en función de cómo será la relación entre ambas especies cuando se encuentren.
El simio protagonista, César, representa la mirada de la civilización, mientras que su lugarteniente Koba encarna la barbarie y el populismo vengativo. Desde esas dos miradas -y de su contacto con los humanos- la película construye su tensión. Y Confrontación es una película tensa, en la que la acción, pero también los diálogos están cargados de peligro latente o efectivo. La desconfianza -de una especie frente a otra, y entre congéneres de la misma especie- es la guía: las respuestas de los personajes ante ella los definen.
Con esa base, Confrontación se presenta como una película cambiante, en función de la energía de esa tensión: cuando hay más momentos de decisión antes o durante la acción, el film crece en emoción; cuando las decisiones ya están tomadas y hay acción, crece en espectacularidad. Más allá de la deslumbrante secuencia inicial de cacería en el bosque (que recuerda al magistral inicio de Apocalypto, de Mel Gibson), Confrontación logra que algunos de sus mejores momentos sean los basados en pequeños detalles y no tanto en el despliegue de perfectos efectos digitales: la lluvia de hojas que indican el movimiento en las copas de los árboles, el simio que actúa (con conciencia de estar actuando) como simio.
Toda la película es de una perfección visual apabullante y replantea las posibilidades del futuro de las imágenes de la industria, tal como lo hizo Avatar. Con un poco más de cohesión para no tener tantas oscilaciones rítmicas narrativas y mejores -o incluso menos- personajes humanos estaríamos ante una película memorable. Pero no exijamos tanto en este año: hasta el momento, sólo Al filo del mañana, con Tom Cruise, ha sido mejor que El planeta de los simios: confrontación en el Hollywood de alto presupuesto modelo 2014.
- El planeta de los Simios es uno de esos extraños productos de época, que condensan las tensiones históricas presentes con toda su carga pretérita. La sci-fi distópica – donde se nota la mano de Rod Serling, creador de Twilight Zone -, la figura del terrible Charlton Heston, la producción limitada en recursos, todo compone una joya del cine fantástico de fines de los ´60.
- La introducción donde Taylor/Heston explica la paradoja del viaje a velocidad luz – un viaje también en el tiempo – sirve de anuncio a lo que vendrá. La sorpresa del final no es tal si se piensa en la obviedad de la trama. Lo que importa es otra cosa: la película es un tratado escéptico de pesimismo moralista en plena Guerra Fría, con el M.A.D. como espada de Damocles de la siempre fallida humanidad. Los opresores son en realidad seres precavidos contra la herencia postapocalíptica humana que ha hecho del planeta un desierto estéril.
- Taylor es el prohombre norteamericano, aquel que abandona con desprecio el Viejo Mundo y se entrega a la frontera, inmoral, ambicioso, violento, seguro de su destino manifiesto. Cuando ve a los primitivos habitantes afirma orgulloso: “En seis meses gobernaremos el planeta”. Las escenas de persecución y caza de los nativos, de tortura y maltrato, resuenan como imágenes de un continente forjado a fuerza de esclavitud y exterminio. Ante esta verdad, el tribunal de los sabios se esfuerza por acallar las pruebas. La ciencia se hace también silenciando aquello que subvierte lo naturalizado.
- El racismo, descubre Taylor, es un arma de doble filo: él es ahora el salvaje. Un hombre que habla y razona amenaza el orden simiesco. Su escape a la frontera lo enfrenta con un nuevo límite: su cultura es un resto arqueológico sin sentido. El moho ha vencido a la piedra.
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http://bibliapobre.wordpress.com/tag/planet-of-the-apes/
http://dmichaelmay.wordpress.com/category/planet-of-the-apes/
http://esbilla.wordpress.com/2013/11/27/el-futuro-fue-ayer-el-planeta-de-los-simios/
http://theblackboxclub.blogspot.com.ar/2013/02/charlton-heston-planet-of-apes-gallery.html
http://www.jposters.com.ar/search/label/Dawn%20of%20the%20Planet%20of%20the%20Apes
http://www.lanacion.com.ar/1710439-el-planeta-de-los-simios-confrontacion
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