Adolf Ziegler fue un pintor y político alemán. Fue encargado por el Partido
Nazi para supervisar la purga de "arte degenerado", realizado por la
mayoría de los modernos artistas alemanes. Él era el pintor favorito de
Hitler.
Alcanzó el cargo de profesor en la Academia de Munich en 1933, cuando
los nazis llegaron al poder. Sus obras cuentan el ideal nazi de arte
"racialmente puros", y, según el presidente de la Cámara del Reich para
las Artes Visuales, que se le encomendó la tarea de eliminar estilos de
vanguardia. Esto lo hizo mediante la expulsión de artistas
expresionistas como Karl Schmidt-Rottluff. Escribiendo a Rottluff, se le
prohibió cualquier actividad artística "profesional o amateur".
Los cuatro elementos: fuego, agua y tierra, aire. Cuadro que Hitler tenía sobre su chimenea.
Más de tres millones de personas visitaron la exposición de Arte
Degenerado, que viajó hasta 1941 por doce ciudades alemanas, pero no
para admirar las obras, sino para indignarse. "Lienzos torturados",
"descomposición espiritual", "fantasías enfermizas" y "ceros a la
izquierda desquiciados" prometían al público los folletos que anunciaban
la muestra de artistas proscriptos, dirigida por el presidente de la
Cámara de Cultura de Reich, Adolf Ziegler.
El principal blanco del régimen nacionalsocialista
fueron los expresionistas, los representantes del impresionismo, del
dadaísmo, de la nueva objetividad, de lo abstracto y los artistas de la
escuela Bauhaus, todos ellos ejemplo del "arte decadente".
Paralelamente, miles de obras de arte "indeseables" fueron destruidas
por los nazis, mientras otras corrían mejor suerte y eran vendidas a
precios irrisorios en el extranjero, lo que supuso su salvación.
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http://www.lanacion.com.ar/1491268-el-arte-degenerado-y-sus-verdugos
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