Yo, el pior de todos: NBA Finals 2014: Manu la tiene clara / Kawhi Leonard, el asesino silencioso

jueves, 12 de junio de 2014

NBA Finals 2014: Manu la tiene clara / Kawhi Leonard, el asesino silencioso

Ginóbili contó que "con Pop tuvimos algunas charlitas ásperas" luego de la derrota en San Antonio y opinó sobre el recital ofensivo del equipo. "Fue hermoso para ver, uno de esos partidos que suceden muy de vez en cuando". Sobre el triunfazo en Miami, dijo "es lo que vinimos a buscar".

Su cara en la previa, mientras miraba en el vestuario el video del partido 2 con absoluta concentración, era diametralmente distinta a la del post partido. Feliz, muy conforme, tras ser protagonista de una actuación histórica (el 75.8% de campo del primer tiempo es un récord para una final) que puso 2-1 la serie, Manu Ginóbili enfrentó a la prensa y analizó el triunfazo en Miami.

-Fue una producción ofensiva para la historia. ¿Cómo lo viste desde adentro?
Fue enorme lo que hicimos, sobre todo en el primer cuarto. En un punto llevábamos 19 de 20. Fue hermoso para verlo, son de esos juegos que suceden una vez cada tanto. Tal vez juguemos 20 o 30 partidos así y nada sea igual. Creo que fue nuestro turno y estuvimos muy inspirados. Sacamos una gran diferencia y luego pudimos mantenerla.

-¿La clave fue que se pasaron más la pelota y dejaron de jugar uno contra uno?
Sí, definitivamente. Movimos muy bien la pelota y corrimos. El hecho de que ellos perdieran la pelota tantas veces nos permitió atacar el aro con ventaja numérica. Y hoy, como corrimos bien y recuperamos la pelota, arrancamos con el pie derecho, sacamos una diferencia de diez, nos agrandamos todos y salió bien.

-Más allá del recital ofensivo, por momentos hicieron una gran defensa, que frustró el ataque de Miami.
-Defensivamente estuvimos mucho más atentos, más activos, así que fue un partido mucho mejor en general. Pero está claro que se destaca el ataque, porque estuvo fuera de lo normal. En defensa, si bien cometimos errores, fueron bastantes menos que en el partido anterior. Seguramente Miami cometió más.

-¿Cómo vivieron la remontada de Miami?
-En un momento del tercer cuarto fue duro porque se acercaron a siete. Nosotros sabíamos que podía pasar porque 24 minutos en la NBA es muchísimo tiempo y más contra un equipo que genera tantos errores como Miami y que juega de local, con su gente apoyándolo. Pero seguimos moviendo la pelota y volvimos a meter algunos tiros importantes que nos depositaron nuevamente en 15 puntos. Lo necesitábamos.

-¿Cómo te estás sintiendo en la serie?
-Bastante bien. No me siento como a los 27 años, eso está claro, pero considerando que estoy jugando un poquito más que lo habitual y que Miami te fuerza a hacer más sacrificio, la verdad es que estoy aceptablemente bien.

-¿Qué hablaron con Popovich luego de la derrota en casa?
-Tuvimos un par de charlitas un poco ásperas. Pop ajustó bastantes tuercas y nos mostró la cantidad de errores que habíamos cometido en el partido dos, sobre todo. En el primero también, pero como ganamos pasó un poco más inadvertido. Tuvimos muchos errores de distracciones y cuando te los hacen ver, y te los muestran de nuevo y de nuevo, te querés matar. Entonces salimos con mucho más hambre, enojados de alguna manera, y lo hicimos mucho mejor. Definitivamente estábamos más atentos y concentrados.

-¿Cuán importante fue la aparición de Leonard?
-Y, si hacés 30 puntos y defendés al mejor jugador del mundo y lo hacés muy bien, no hace falta ni dar detalles. Fue impresionante. Una actuación superlativa. Igual, había tenido un par de partidos okey. No era que había sido un desastre. Pop lo motivó con sus charlas, quizá Tim (Duncan) también. Pero nosotros siempre confiamos en él. Sabíamos que iba a levantar su nivel y no me sorprendió su juego ofensivo porque si bien no tiene tantas jugadas, cuenta con el paquete completo, incluso un gran tiro de tres puntos.

-¿Qué importancia le das al hecho de haber ganado de visitante?
-Era prácticamente una obligación ganar uno de estos dos, porque volver a casa 3-1 abajo era jodidísimo. Darle a un equipo tan bueno como ellos tres match point es muy complicado. Vinimos a buscar el primero y lo conseguimos. Ahora debemos pensar como si hubiésemos perdido. Tenemos que venir al cuarto pensando que estamos 2-1 abajo porque estos tipos no mueren nunca, son muy buenos. Buscaremos jugar tan bien como hoy (por el martes).
Manu la tiene clara.

Conocé la historia y perfil de Kawhi Leonard, la figura que Pop eligió para que sea la superestrella del futuro y que hoy es responsable del resurgimiento de los veteranos Spurs. De carácter parecido a Duncan, es tímido y evita las luces. Habla en la cancha, como el martes, cuando limitó a LeBron y anotó 29 puntos.

LeBron le habla al oído y uno no puede enterarse si fue un elogio o un diálogo basura del Rey hacia él. Pop se le acerca, le da con el puño en el pecho y le dice algo. Pero él ni se inmuta. Termina el partido de su vida, con una estelar defensa sobre James (tuvo siete pérdidas, la mayor cantidad de su carrera en finales) y su máxima de puntos en playoffs (29, contra apenas 22 de Lebron), pero su cara es la misma que luego de no jugar tan bien en los primeros dos partidos.

Kawhi Leonard, el protagonista de esta historia, es un asesino silencioso, de sangre fría. De esos que no hablan afuera ni adentro de la cancha. Ni demuestran emociones. Pero, cuando despliegan su juego, como pasó en el tercer de la serie, te aniquilan... Quizá sea así su esencia, la de un chico tranquilo al que no le gustan las luces de la fama ni del reconocimiento. Alguien que sólo juega porque le ama el básquet. O simplemente porque es un trabajo. Una persona, en definitiva, muy parecida a Tim Duncan, el líder que los Spurs eligieron para hacer resurgir a la franquicia en 1998, tiene en su personalidad, muchas similitudes con el que han elegido para ser el abanderado de la era post Tim.

O tal vez esta personalidad sea por su historia. Hijo de Kim y Mark, Kawhi se crió en la parte sur de Los Angeles y siempre fue muy apegado a su padre. Por eso fue devastadora la noticia de su asesinato en el 2008, cuando Leonard tenía apenas 16 y estaba en el secundario. Todavía hoy no se conoce al asesino, pero el chico pudo levantarse y, como revancha, la rompió en la Universidad de San Diego State. Kawhi, en ese entonces, era lo que vemos hoy. Pero algunos tuvieron dudas de que pudiera transformarse en un jugador de elite en la NBA. No fue el caso de Popovich y el GM RC Buford, quienes se animaron a dar a un base que les encantaba (George Hill a Indiana) para poder subir en las elecciones del draft (hasta el puesto 15) y quedarse con el chico. No dieron pistas, de hecho ni siquiera lo visitaron personalmente ni lo invitaron a entrenarse. Era su gran secreto.

Kawhi, desde que llegó a la NBA, ha hecho su trabajo en silencio. Siempre para el equipo. Pero cada temporada dio un nuevo salto, como aquel durante los cinco meses que duró el lockout. "Chip (Engelland, trainer de tiro) le dio ejercicios y cuando volvió nos dimos cuenta de que había hecho los deberes", explica Buford. Los Spurs se encontraron con otro jugador, el mismo que se había dado cuenta que tenía la chance de ser una estrella en esta liga y que para eso debía mejorar su tiro. Hoy Kawhi es la pieza esencial del rejuvenecimiento de estos Spurs que se estaban quedando veteranos, pero con su llegada empezaron a creer que los anillos todavía estaban cerca.

Este alero de 2m00 y 22 años siempre sintió orgullo por su defensa. Y esta temporada el esfuerzo tuvo sus frutos porque fue elegido en el segundo quinteto defensivo de la NBA. "Siempre marca al mejor atacante rival, como antes hacía Bruce (Bowen), y cada noche responde. Eso no es nada fácil", explica Manu. El despiegue ofensivo ha tardado más porque si bien "tiene el paquete completo", como asegura el bahiense, todavía las jugadas las manejan Gino y Parker y muchas veces terminan en Duncan. Pero él, pacientemente, sigue esperando su momento.

El momento llegó el martes, tras dos partidos con más sufrimientos que goce. Marcar a LeBron es la peor tarea en el condado y como Kawhi se cargó de foules en ambos, no pudo entrar en ritmo. Pero al tercer juego llegó preparado. Quienes conocen la intimidad de los Spurs citan como importante una reunión privada con Pop, quien fue duro con él para motivarlo y definitivamente hacerle creer que está para ser una superestrella. "Debe ser uno de nuestro mejores jugadores y por ahora no nos alcanza. Tiene un enorme talento y estamos en las finales. No podemos ser mediocres si queremos ganar y todos deben jugar bien. Esta vez lo hizo", contó el DT.

Kawhi prefirió dar menos datos, pero le hizo caso. "Sólo me dijo que saliera y fuera más agresivo. Y así lo hice. Lo logré desde un comienzo y por suerte pude encontrar mi ritmo. Mis compañeros me involucraron siempre, me dieron la pelota y pude anotar los tiros", explicó. Y, sin dar vueltas, cerró con un escueto análisis de cómo nota esta final. "La serie no está terminada. Es un partido y yo debo seguir ayudando a mi equipo", dijo.

Esas pocas frases las dijo en el vestuario. A Leonard le correspondía hablar en la conferencia de prensa, lugar habitual de quienes se destacan en un partido. Pero él, por su timidez, pidió no ir y, con pocas palabras y simpleza, dio su visión. Como hace en la cancha.

Periodista: -¿Cómo evolucionó usted a lo largo de estos últimos 15 años?

Gregg Popovich: -Es un poco temprano para hacer un análisis hacia adentro, pero te voy a contestar con un par de cosas. Creo que aprendí a callarme más y probablemente se lo debo a Manu Ginóbili. Cuando llegó dije que haría de él un gran jugador. Después de 20 minutos ya sabía que era un gran jugador y que no me necesitaba para serlo. A veces, estar tranquilo y dejar que cada uno haga su juego es mucho más importante que tratar de ser Mr. Coach y enseñarle esto y enseñarle lo otro. Con el tiempo evolucionamos y el mayor trabajo es averiguar qué es lo realmente importante y no perder el tiempo tratando de hacer de una persona algo que nunca será. Yo no hice que Manu fuera un competidor y no hay manera de que yo pueda hacer de él una persona no competitiva.

"Tim juega a veces en una sola pierna". Gregg Popovich

"No, yo diría que juego en una pierna y media". Tim Duncan

Si uno ve al ala pivote de Islas Vírgenes caminar por los pasillos de la cancha, vestido de civil, no puede creer que sea el mismo que lucha contra rivales más fuertes y jovenes pocos minutos después. Y los manda a la escuela.

Duncan tiene 38 años y, con 2m11 y 118 kilos, ha sumado mucho kilometraje en sus 17 temporadas en la NBA. Los problemas en la rodilla izquierda se han vuelto crónicos y por eso, para jugar, debe ponerse una rodillera metálica que lo acerca más a Robocop que a un jugador normal.

Arriba se pone una de neoprene para tapar el impacto visual que causa, pero lo cierto es que si bien le da seguridad, le quita movilidad.

En la práctica, eso sí, no parece... En estas finales promedia 17.7 puntos, 65% de campo y 10.3 rebotes.

San Antonio juega el cuarto en Miami (jueves a las 22, por ESPN) con ganas de cambiar la tendencia del Heat, que lleva 13 triunfos seguidos en playoffs tras una derrota. En 2013 y tras ponerse 2-1, los Spurs perdieron el cuarto. ¿Cambiará la historia?

Cada partido de una serie de playoffs es una historia diferente. Todos lo tienen en claro, sobre todo en San Antonio. La gran actuación del juego 3 en Miami (111-92 para ponerse 2-1) no cambia la ecuación ni distrae a los Spurs. Saben que esta película de las finales 2014 está lejos de definirse. El jueves, desde las 22 (por ESPN), los texanos visitarán al Heat en el cuarto capítulo y saldrán con ganas de cambiar la tendencia del bicampeón. Veamos...

El equipo liderado por LeBron James sabe rebotar de una derrota, sin importar cuán mala haya sido su actuación. Basta con repasar los antecedentes: los dirigidos por Erik Spoelstra llevan 13 triunfos seguidos en playoffs después de una derrota. Sí, no pierden partidos consecutivos desde la final del Este 2012, en la que cayó tres veces al hilo para quedar 2-3, pero terminó ganando esa serie. "Sólo tratamos de los errores que cometimos en el partido previo para no repetirlos en el siguiente", dijo el Rey consultado ante la receta para recuperarse.

Ginóbili, por su parte, quedó encantado con la actuación del equipo en el tercero, pero sabe que hay mucho trabajo por hacer, sobre todo ante el Heat. "Estos tipos no mueren nunca, son muy buenos. Será un partido muy intenso y ellos van a estar enojados de la misma manera que nosotros estuvimos después de perder en casa. Será un desafío muy complicado. Tenemos que salir pensando que estamos 2-1 abajo", señaló el bahiense.

Estar 2-1 en una final ante Miami no es nuevo para San Antonio. En 2013 ya estuvo en la misma posición y con la ventaja de jugar en casa, pero el Heat se despachó con una paliza a domicilio (109-93). Es más, los Spurs también estuvieron 3-2. La historia es conocida y dolorosa para Manu y compañía, ya que perdieron los dos siguiente en La Florida y se quedaron sin anillo. Para Gregg Popovich, lo que pasó la campaña pasada está enterrado. "No pienso para nada en lo que pasó el año pasado en el juego 3 o en el juego 4. Sólo me preocupa el partido del jueves. No vuelvo el tiempo atrás, me preocupo en ver qué estamos haciendo bien, qué estamos haciendo mal y que podemos mejorar", dijo el entrenador. ¿Podrán cambiar la historia y cortar con la tendencia del bicampeón?