Por Manu Ginóbili | canchallena.com
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@manuginobili
Se paró todo acá. No sólo en Orlando, donde estoy
para jugar esta noche; se paró todo en Estados Unidos. Casi nadie
trabajó ayer. Los vuelos salieron llenos a todos lados. Y no hubo
persona que se le cruzara a uno sin decir "happy thanksgiving". Es que
el Día de Acción de Gracias es muy importante; para este pueblo es
parecido a lo que para nosotros es la Navidad. Se celebra, se cocina
mucho, se come como bestia. Aunque ya hay una discusión al respecto,
porque están empezando a abrir negocios en este día, el último jueves de
noviembre, cosa que antes no sucedía.
Nosotros nos juntamos a
comer, pero a decir verdad, como somos una multinacional de jugadores
-tres franceses, dos australianos, un canadiense, un italiano, un
brasileño y yo-, no nos importa tanto este día, porque no crecimos con
esto.
Lo que sí nos importa es este 13-2 que llevamos en la
temporada. Anteayer, en Oklahoma, perdimos un partido que dentro de las
posibilidades se podía perder. Pero en general fue un gran primer mes de
torneo para San Antonio. Y eso es fundamental para mantener el buen
humor, para que en la rotación todos estemos a gusto.
En lo
individual, estoy muy contento. Que al equipo le vaya bien ayuda a que a
uno le vaya bien. Arranqué medio flojo para el aro, pero en los últimos
días me acomodé. La última temporada fue complicada para mí, porque
tuve demasiadas lesiones que afectaron mi capacidad de disfrutar lo que
hago. Ahora cambié un poco el chip y tengo como objetivo pasarlo mejor,
divertirme en la cancha y estar más tranquilo.
A veces uno juega mal y
se pone mala onda, pero valoro mucho estar sano, estar en la cancha con
mis compañeros y competir todos los días. Habitualmente, si el equipo
está bien, como con esta marca de 13-2, el ánimo es óptimo, el cuerpo
técnico está tranquilo, los dirigentes están de buen humor... Es cierto
que no hubo ni un año en mi carrera en que no nos fuera bien en la etapa
regular; estamos acostumbrados a que nos vaya bien. Pero este año viene
incluso mejor. O al menos yo lo veo así.
Y los que integramos lo
que acá llaman "la segunda unidad" estamos llevándonos muy bien. Jugando
bien, moviendo la pelota, tirando bien. Patty Mills, Marco Belinelli y
yo estamos entendiéndonos muy bien y se ve en los resultados. A Marco,
uno de los nuevos, lo conozco desde que tenía 15 años, y ahora nos
divertimos juntos en la cancha. Y de paso aprovecho y practico mi
italiano, que venía decayendo rápidamente.
Los rivales también
juegan, por supuesto, y los favoritos del torneo en general se
mantienen. Es muy temprano como para hacer un juicio definitivo, pero
salvo Brooklyn, que no está cumpliendo las expectativas, todos están más
o menos donde se pensaba que iban a estar. Eso sí: la lesión de Rose le
quita posibilidades a Chicago. En el Oeste, Oklahoma City, Clippers,
Houston y nosotros vamos a estar arriba; Golden State y Memphis van a
andar por ahí.
Acá es un tema la recuperación de Kobe Bryant, que
no reapareció aún tras su rotura de un tendón de Aquiles y ya renovó su
contrato con Lakers por dos temporadas. Si hay alguien que puede volver a
los 35 años y seguir siendo determinante y un goleador temible, ése es
él. Tiene una dosis de competitividad muy superior a la media, un enorme
deseo de jugar y de competir. No es fácil volver a los 35 de esa lesión
y ser el mismo. Es un gran desafío para él, pero es un tipo que vive
para eso.
En cuanto a los otros argentinos, hay situaciones muy
diferentes. Lo de Luifa es impecable. Está en un equipazo e Indiana
empezó muy fino. Él anda muy bien, con un papel un poco distinto al de
siempre, pero si el equipo está 14-1 y él juega, su situación es ideal.
Es un momento bárbaro para Luis a esta edad, en la que lo que más le
importa a uno es ganar. El caso de Pablo es todo lo opuesto. New York no
arrancó como se esperaba, perdió muchísimos juegos, sufrió muchísimas
lesiones. Todavía es muy temprano, va un mes, pero cuando un equipo
juega mal, va por debajo de las aspiraciones y tiende a hacer cambios...
A Pablo no le conviene eso. Él es un jugador de equipo sólido, no como
para andar probando. Y la de Carlos es una situación delicada. Es lo que
más me preocupa. Tuvo una recaída en la lesión y eso es lo peor que le
puede pasar a un atleta. Estoy con él emocionalmente. Quiero que se
recupere, que vuelva a estar sano y regrese a las canchas. Lo compadezco
mucho. En menor medida, pasé por algo similar y no se lo deseo a nadie.
Lo bueno es que todavía es joven y tiene mucha carrera por delante.
Y
por último quiero contarles de mi tercer hijo, que viene en camino.
Estamos felices. Nos enteramos el primer día después de llegar a San
Antonio; cuando el examen dio resultado positivo no podíamos creerlo, no
cabíamos en nosotros mismos. Sabemos que la casa va a ser un despiole
total con tres varones; los mellizos van a tener cuatro años cuando
nazca el tercero. Pero tenemos ganas de que llegue el bebe, aunque al
mismo tiempo estamos disfrutando el embarazo. Antes tuvimos mucha suerte
con los dos, porque todo anduvo siempre muy bien, sin complicaciones
para Many. Y lo mismo pasa ahora, con una evolución muy buena. Mi
familia está muy contenta, y mi mujer y yo estamos felices, con mucha
ilusión, con ganas de que salga todo bien. ¡La única diferencia es que
ahora aprenderemos lo que es tener un hijo de a uno! ¡Da la sensación de
que será bastante más fácil! ¡Los mantengo informados!
@
http://canchallena.lanacion.com.ar/1643052-la-columna-de-manu-ginobili
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