Yo, el pior de todos: El Superclásico

domingo, 30 de marzo de 2014

El Superclásico

30/03/14 - 20:14

Aunque la lluvia amenazó con suspender el encuentro, el cielo le dio una tregua al campo de la Bombonera y el Superclásico de domingo tuvo un ganador. River, sin su gente, le ganó 2-1 a Boca con un gol de Ramiro Funes Mori a cuatro minutos del final, y se ilusiona con pelear el Torneo Final. El equipo de Ramón Díaz es ahora uno de los escoltas de Colón, junto a Vélez y Estudiantes, a un solo punto.

El Superclásico comenzó como todo estaba previsto. Pero el fútbol recién apareció cuando Román se encontró en el campo de juego, tras uno diez minutos de poco, muy poco. En él nació la jugada de mayor peligro del primer cuarto de hora. Tiró un caño en la mitad de la cancha y avanzó hasta la medialuna. Aunque la perdió, la pelota le llegó a Fernando Gago y el mediocampista de la Selección le envió un perfecto pase a Sánchez Miño, quien midió el centro y mandó un pase bajo al punto penal. Allí estaba Juan Manuel Martínez, pero el Burrito pifió y su remate, que igual fue al arco, tuvo que ser desviado al corner por Marcelo Barovero.

Antes, River se había aproximado con un centro de Gabriel Mercado desde la derecha y un cabezazo, que se fue lejos, de Ariel Rojas. También probó luego Teo desde lejos, pero también su disparo cruzó de un lado al potro para irse desviado.

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Hasta allí, ya cerca de los 20, parecía ser más Boca. Por lo menos, tenía la pelota y buscaba espacios ante un River replegado. Pero de contra todo podía cambiar. Y de a poco, esa tendencia del visitante, de usar la velocidad para sorprender, se hizo casi una costumbre. Casi lo aprovecha Teo, con otro centro de Mercado, pero le pelota se terminó yendo desviada. Pero el lateral de la misma banda, pero del otro equipo también iba a inquietar. Fue Insúa, quien escapó a dos rivales y sacó un centro perfecto para Martínez, que puso su cabeza y la pelota, con fuerza, fue a la derecha de Barovero, que tuvo que volar para evitar el gol.

En esa postura de jugar por las bandas, Boca encontró en la izquierda de su ataque el mejor lugar para inquietar. A los 36, Román fabricó una jugada con Insúa y Sánchez Miño, pero el pase final del Diez fue demasiado largo, cuando Barovero la veía pasar. Y un minuto más tarde, el Burrito Martínez sacó un buen centro desde el mismo sector, pero Gigliotti no llegó a cabecear.

El comienzo del segundo tiempo comenzó con buena acción. Primero lo tuvo Boca, tras un rebote dentro del área que Cristian Erbes no pudo enganchar bien para convertir. En la contra, Teo Gutiérrez se fue mano a mano, pero su disparo se fue desviado. Apenas un rato después llegaría la primera emoción. El colombiano Balanta robó una pelota en la mitad de la cancha y construyó una jugada con sus compatriotas. Carbonero tocó para Teo y el delantero habilitó a Manuel Lanzini, quien dentro del área definió con la calidad de los goleadores para marcar el 1-0.

La conquista de River llegaba como un balde de agua fría para la Bombonera. Y cuando Ramón Díaz preparaba un cambio para replegarse en el fondo (Matías Kranevitter por Teo Gutiérrez), el Burrito fabricó un tiro libre en la puerta del área rival y Riquelme hizo gala de su clase. El Diez se tomó su tiempo y sacó un derechazo a colocar por encima de la barrera que se convirtió en el empate.

El golpe para River no fue de nocaut. Para nada, porque pese a la ventaja desperdiciada, el equipo de Ramón no bajó los brazos y terminó festejando gracias a eso. A los 41, Ramiro Funes Mori se anticipó a una mala salida de Agustín Orion, quien no había tenido protagonismo en el encuentro, y de cabeza marcó el 2-1 final. Esa jugada llegó por un corner mal cobrado por Pitana, porque la pelota había pegado en Lanzini antes de salir. En definitiva, todo fue alegría para Ramón y compañía que con el triunfo rompieron una racha de diez años sin ganar en la Bombonera.